Doña Luisa acude al gimnasio con un cuadro que su padre compró en París durante su época de estudiante. A pesar del valor sentimental, los clientes no están dispuestos a pagar cincuenta euros por la pintura. Cuando Perico descubre que podría ser una obra de arte valorada en un millón de euros, los chicos del 'Gym Tony' harán todo lo posible por hacerse con él.