En un domingo de 2010, la vida de un pequeño pueblo se ve dramáticamente alterada por Mario, un chaval de 18 años, presa de una crisis maníaca y culpable de una gran matanza. Gracias a la primera investigación que hicieron juntos Baín y Sara, fue declarado inimputable, y Mario acabó en el psiquiátrico penitenciario de Sevilla. Doce años después, el chico ha sido puesto en libertad, y un nuevo caso reabre las viejas heridas del pueblo: la joven Alicia ha desaparecido de manera violenta. Y aunque todo el pueblo cree que él es el culpable, Sara está convencida de lo contrario.